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50 MINUTOS

Valores humanos para EDUCACIÓN SUPERIOR

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ASERTIVIDAD

PARTE 06
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ASERTIVIDAD

“La conducta que permite a una persona actuar en su propio interés, afirmarse a sí misma sin una ansiedad indebida, expresar sentimientos sinceros sin vergüenza o ejercer sus propios derechos sin negar los de los demás, se denomina comportamiento asertivo.

(Alberti y Emmons)

La asertividad es una virtud que implica directamente un comportamiento más favorable a la buena convivencia, pues forma parte del arte de la comunicación clara y objetiva. Es saber decir "sí" y "no" en el momento adecuado y de la forma más adecuada, por lo que incluye equilibrio y flexibilidad. Una persona asertiva no es agresiva  ni sumisa, es honesta, considerada, transparente y sabe respetarse a sí misma tanto como respeta a los demás.

Signo de madurez, la asertividad  favorece la resolución de problemas, incluye la capacidad de mediar, facilitar procesos, encontrar soluciones más adecuadas y obtener mejores resultados. La virtud de la asertividad es cada vez más valorada a nivel institucional, como requisito del perfil de un buen profesional.

Cuando una persona tiene dificultad para expresar sus sentimientos, por lo general la causa proviene de experiencias negativas que inhibieron su expresión, indicador de una persona con comportamiento no asertivo, que en cualquier momento puede dejar de comunicarse, recibir o transmitir información. Los factores que inciden en lo que siente, piensa y hace una persona implican su comportamiento, es decir, un comportamiento asertivo o no.

Por tanto, la importancia de la familia para el desarrollo de una conducta asertiva es indiscutible. Martínez (2009) plantea que es necesario trabajar con los padres las habilidades de comunicación con sus hijos, los procesos de resolución de conflictos, las estrategias para establecer límites y regular la conducta de los hijos, favoreciendo la autoestima y la conducta asertiva.

La depresión, cada vez más presente entre los jóvenes y niños, así como la agresividad y otros problemas derivados de los trastornos emocionales, suele estar fuertemente influida por el comportamiento de los padres, que podría ser minimizado, o incluso evitado, con el aprendizaje de una comunicación asertiva. Martínez (2009) afirma que “los problemas emocionales de los padres, como la depresión, influyen en los niños, niñas y adolescentes, generando para los mismos modelos inadecuados o prácticas negativas para su desarrollo”.

La buena comunicación a la que se refiere la asertividad comprende tanto el medio como el fin de este proceso, es decir, consiste en una comunicación que logra sus objetivos pero sin causar daño; implica saber escuchar, saber hablar, el momento adecuado, la entonación de la voz, la postura, la influencia del habla adecuada y el cuidado de los sentimientos y el bienestar de los demás.

En las relaciones entre padres e hijos, a veces se utiliza la agresión, lo que permite lograr los objetivos deseados, pero puede dejar heridas, traumas y contribuir a otros comportamientos no asertivos en el futuro. Tomar decisiones y responder por sus hijos puede ser práctico, más fácil para los padres, pero también puede representar la desvalorización del niño como persona, generar inseguridad, dependencia y favorecer su baja autoestima. En la comunicación asertiva, los padres ayudan a sus hijos a pensar, a elegir ya encontrar sus respuestas en lugar de hacerlo por ellos, es decir, educan sin causar daño.

El equilibrio es fundamental en la educación, no se debe contribuir a una conducta agresiva, de la misma manera que no se debe contribuir a una de sumisión. La conducta sumisa, a diferencia de la conducta agresiva, tiene en cuenta los derechos y sentimientos de los demás, sin considerar los propios, lo que lleva a la persona a evitar situaciones oa no reaccionar ante la conducta agresiva. Los padres que tienen un comportamiento asertivo educan a sus hijos orientándolos y ayudándolos a desarrollar también comportamientos asertivos.

Según Leme (2004), “muchas veces es necesario enseñar el comportamiento asertivo, tanto en el contenido como en la forma: la expresión de pensamientos y sentimientos pierde fuerza si no se hace con un tono de voz firme y contacto visual con el interlocutor” ( Lemé, 2004). . Los padres y profesores son modelos a seguir para los niños, por lo que su colaboración en el desarrollo de conductas más asertivas es indiscutible.

La asertividad es fundamental para la buena convivencia, implica la forma más adecuada de expresar opinión, estar de acuerdo y en desacuerdo, hacer y rechazar peticiones, disculparse y admitir faltas, expresar el descontento, pedir un cambio en el comportamiento del otro y hacer frente a las críticas. Una pareja asertiva es capaz de expresar abiertamente sus pensamientos, sentimientos y opiniones, contribuyendo a un ambiente de paz y armonía en el hogar. -136bad5cf581d_057 -5cde-3194-bb3b-136bad5cf58d_ 

Según Aguilar, Robayo y Urrego (2011), luego de tres casos de suicidio entre estudiantes, una universidad en Colombia decidió evaluar un programa que nos hace reflexionar, entre otros factores, sobre la importancia del comportamiento _cc781905-5cde-3194- bb3b- 136bad5cf58d_assertivo  para reducir el riesgo de depresión entre los jóvenes.

Las investigaciones informan que los animales desarrollan un patrón de conducta y cambios similares a los de las personas deprimidas, estado que se ha denominado indefensión o indefensión aprendida. Esto nos lleva a pensar que la calidad de vida de una persona depende en parte de cómo aprende a vivir, de lo que le han enseñado, si esta enseñanza conduce o no a un comportamiento asertivo, lo que contribuye a que se acerque o se aleje de una vida saludable. . 

El equilibrio emocional, la inhibición o el desarrollo de talentos y habilidades dependen mucho del contexto en el que se inserta la persona. Según Prado, Fleith y Gonçalves (2011), hoy en día, “se entiende que el papel social que desempeñan las mujeres y los patrones de desarrollo y expresión de sus habilidades y talentos son promovidos o inhibidos esencialmente por factores relacionados con el contexto en el que se encuentran. vivir. .”. Se entiende, por tanto, que el comportamiento asertivo del entorno en el que se vive favorece el desarrollo de las potencialidades del ser humano.

Actualmente, la ausencia de conductas asertivas se ve acompañada de violencia, conflictos y la dificultad que tienen las personas para relacionarse, factor que interfiere negativamente en su calidad de vida. Ya podemos pensar en medidas para mejorar esta situación, es decir, en el proceso de formación del ser humano, a través de una educación que pretenda contribuir al desarrollo de conductas más asertivas. _cc781905-5cde-3194 - bb3b-136bad5cf58d_ 

Michael Apple dijo: “La temporada de caza educativa todavía está abierta”. Esto se debe a que nunca faltan quienes señalan algo malo en las escuelas y la educación. Para no contradecir su teoría, nos vamos a centrar en la falta de asertividad en el ámbito educativo; por parte de los estudiantes se puede ver el problema con el bullying;  por parte de los docentes, debido a sus limitaciones como mediadores en la resolución de conflictos.

En educación, el comportamiento asertivo puede contribuir tanto a una cultura de paz como al desarrollo de talento y potencial. Pero necesitamos entender que el comportamiento asertivo no impone; sugiere, ayuda al otro a pensar, a encontrar las mejores respuestas y soluciones. No amenaza ni intimida, nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, a asumir responsabilidades, a tomar conciencia de nuestros actos, a tener confianza en nosotros mismos, a organizarnos, a ser flexibles, tolerantes, amables y decididos.

Rodrigues (2011) invita a reflexionar sobre una educación que asegure la no deshumanización de los valores y la cultura, se enfoca en la educación para un “humanismo nuevo”, para la construcción de un hombre nuevo. Se cree que tal educación no puede dejar de contemplar la educación en valores para la formación de un hombre asertivo, que contemple la honestidad, la solidaridad, el respeto, la justicia, el amor, la no violencia, la humildad, la gratitud y la responsabilidad._cc781905-5cde-3194 -bb3b-136bad5cf58d_

El autor también se centra en los valores morales para una cultura humanista a lo largo de la historia:

Así, esta cultura humanística se habría manifestado principalmente en el campo de las disciplinas “morales”, en los métodos educativos adoptados en las escuelas de gramática y retórica, actuando también en la formación de los líderes de las ciudades-estado, ofreciéndoles técnicas políticas más refinadas (RODRIGUES , 2011).

 

Esta propuesta educativa  ya indicaba asertividad en varias áreas, incluso en la formación de líderes. 

Según Rodrigues (2011), ya en 1972, en el informe de la UNESCO “Aprender a ser: la educación del futuro”, se apuntaba a una educación que reivindicara la asertividad. El documento define las características del perfil de un hombre nuevo; a pesar de guiarlo a ser potencialmente dueño de su destino, no previó la violencia como un obstáculo para que ese dominio se hiciera real.

En el 2011 seguimos enfrentando la violencia y necesitamos educación para la formación de un hombre nuevo, un hombre asertivo, con valores humanos universales fortalecidos, que contribuya más eficazmente a su evolución como ser humano. Aún necesitamos una propuesta humanista que parta de estos valores para la formación de ciudadanos dignos, íntegros, pacíficos y felices, capaces de caminar juntos hacia la construcción de una cultura de paz.

Rodrigues, 2011, también nos dice que según Paracelso: “El aprendizaje es nuestra vida misma, desde la juventud hasta la vejez, de hecho casi hasta la muerte; nadie pasa diez horas sin aprender nada”. Si nadie pasa diez horas sin aprender nada, entonces aprendamos el arte de ser asertivos.

 

Referencias bibliográficas

 

Aguilar, RN; Robayo, BP; Urrego, BY Programa de prevención de factores de riesgo psicosocial asociados a la depresión en estudiantes universitarios. Contextos Revista, Colombia, junio de 2011. Disponible en: < http://www.contextos-revista.com.co/A4-PROGRAMA%20DE%20PREVENCI%C3%93N%20DE%20FACTORS%20DE%20RIESGO%20PSICOSOCIAL.pdf >. Consultado el: 09 de noviembre. 2010.

 

Leme, MIS Resolución de Conflictos Interpersonales: Interacciones entre Cognición y Afectividad en la Cultura. Psicología: Reflexión y Crítica, São Paulo – Brasil, 17 (3), pp. 367-380,  2004. Disponible en: < http://www.scielo.br/pdf/prc/v17n3/a10v17n3.pdf >. Consultado el: 09 de noviembre. 2010.

 

Martínez, AC Agenda infantil y desarrollo socioafectivo en la infancia. Diversitas: Perspectivas en Psicología, Bogotá - Colombia, vol. 6, núm. 1, págs. 111 – 121, 2010. Disponible en:

 < http://ojs.usta.edu.co/index.php/diversitas/article/viewFile/29/pdf_21 >. Consultado el: 07 de noviembre. 2010.

 

Prado, RM; Fleith, DS; Gonçalves, FC Desarrollo del Talento desde una Perspectiva Femenina. Psicología: Ciencia y Profesión, Brasilia – Brasil, 31 (1), pp. 134 – 145, 2011. Disponible en: < http://www.scielo.br/pdf/pcp/v31n1/v31n1a12.pdf >. Consultado el: 09 de noviembre. 2010.

 

Rodrigues, MM Un “nuevo humanismo” en la educación: significados e implicaciones. Educación Unisinos, Chapecó, SC - Brasil, vol. 15, núm. 2, agosto de 2011. Disponible en: < http://www.unisinos.br/_diversos/revistas/ojs/index.php/educacao/article/view/296 >. Consultado el: 10 de noviembre. 2010.

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